¿Cómo evitar un viaje dramático con la ayahuasca?

catarsis

La ayahuasca es conocida por abrir puertas a experiencias profundas, expansivas y transformadoras. Sin embargo, no todas las vivencias comienzan de manera suave o luminosa. En algunos casos, el inicio del viaje puede ser físico, intenso o incómodo. Esto no significa que la experiencia sea negativa: de hecho, muchas veces esos momentos son los que más enseñanzas dejan. Prepararse física y emocionalmente antes de la ceremonia puede marcar la diferencia y favorecer un proceso más armónico y espiritual.

Preparación previa: la base de un viaje armonioso

Llevar una vida saludable, cuidar la alimentación y trabajar las emociones antes de la ceremonia ayuda a que la experiencia sea más fluida y enfocada en lo espiritual. Si el cuerpo y la mente están intoxicados, la planta actuará primero en el plano físico, provocando la necesidad de purgarse mediante vómitos o idas al baño.

Este proceso, lejos de ser un obstáculo, es una limpieza integral que abre el camino a fases más luminosas y placenteras, a menudo vinculadas a la apertura del corazón. Como bien se dice: “Los presuntos malos viajes son, en realidad, los más sanadores”.

 

La dieta previa a la ayahuasca: clave para un viaje más armónico

La dieta previa al retiro no es solo una recomendación física, sino también un acto de preparación mental y energética que influye directamente en la experiencia. Su objetivo es limpiar el cuerpo y la mente, creando las condiciones para que el trabajo con la planta se enfoque más en lo espiritual que en lo físico.

Se aconseja consumir alimentos frescos y naturales, evitando aquellos que estén demasiado maduros, procesados, curados, ahumados o salados en exceso. Los vegetales al vapor, salteados o crudos ayudan a mantener el cuerpo alcalino y a potenciar la desintoxicación. Granos integrales como mijo, arroz integral o quinua —especialmente si están germinados— resultan beneficiosos.

Para quienes los toleran bien, ensaladas, frutas, verduras crudas y jugos son una buena opción. También se pueden incluir pequeñas porciones de huevos, pescado, pollo u otras carnes blancas. Los lácteos frescos y sin madurar (queso fresco, yogur, requesón) pueden consumirse con moderación, evitando cualquier alimento envejecido o fermentado que contenga tiramina, como ciertas kombuchas.

Recomendaciones generales:

  • Evitar alimentos procesados e industrializados.
  • Reducir grasas saturadas y frituras.
  • Limitar sal y azúcares refinados.
  • Evitar alcohol y drogas.
  • Excluir ciertos alimentos: carne roja, plátanos maduros, pasta, cítricos, fermentados.
  • Mantener buena hidratación.
  • Reducir la cafeína.
  • Optar, si es posible, por una dieta vegetariana o vegana en los días previos.
  • Seguir las recomendaciones específicas del chamán o guía, que pueden variar según la tradición.

Esta limpieza previa ayuda a que, durante la ceremonia, la planta pueda actuar de forma más sutil y profunda, facilitando una conexión más clara con la experiencia visionaria y emocional.

Del malestar a la comprensión

Tras la liberación física inicial, muchas personas acceden a estados de plenitud y conexión profunda. Las visiones, pensamientos y sensaciones que surgen en este momento aportan comprensiones intuitivas sobre la vida y sobre uno mismo. Por esta razón, la ayahuasca es considerada una auténtica “planta maestra”.

Es natural sentir cierto respeto o incluso temor antes de la ceremonia, ya que todo proceso de cambio importante puede generar resistencia. Sin embargo, la mayoría de los participantes —alrededor del 95%— vive un viaje positivo, perceptible en la paz de sus rostros y en la alegría que se comparte después.

La mirada interior

La experiencia muestra que el verdadero poder de la ayahuasca reside en su capacidad para que cada persona descubra sus propias herramientas internas. Incluso los momentos más desafiantes se transforman en lecciones, revelando que los traumas son aprendizajes y que no existe drama, error ni culpa cuando entendemos que todo lo que vivimos tiene un propósito: volvernos más conscientes, equilibrarnos y aprender a amar.

Después de años de trabajar con plantas medicinales, muchos coinciden en que la vida puede verse como un gran escenario donde nos reencarnamos para experimentar y evolucionar. La ayahuasca nos recuerda que podemos mirarnos con amor, aceptación y gratitud por nuestro propio camino.

Cómo sobrellevar momentos intensos

Durante una ceremonia, existen dos formas naturales de aliviar un viaje demasiado intenso: ir al baño o vomitar. Estos actos funcionan como mecanismos de protección ante una sobrecarga emocional o mental, y también como procesos de liberación que permiten avanzar hacia una fase más tranquila y receptiva.

En este contexto, vomitar no es solo un alivio físico: es una forma de purgar lo que ya no necesitamos, soltar lo que pesa y abrir espacio para lo positivo. A menudo, se compara con un proceso de muerte y renacimiento, un ciclo de limpieza y renovación.

Además, hay otras formas de suavizar la experiencia: técnicas de respiración consciente, el uso de aceites esenciales, la ingesta de alimentos ligeros o, sobre todo, la intervención de facilitadores experimentados que saben cómo acompañar y sostener el proceso.

Evitar un viaje dramático con ayahuasca no significa eliminar la intensidad de la experiencia, sino aprender a gestionarla y a confiar en el proceso. Con una buena preparación física y emocional, un entorno seguro y la guía de personas con experiencia, incluso los momentos más retadores se convierten en puertas hacia la claridad, la fuerza interior y una comprensión más amplia de la vida.

 

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